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Wedding day
Y por fin llegó el
gran dÃa. Está comprobado que la novia nunca pasa frÃo, pero yo añado que la
hermana tampoco. Tras varios problemas en cuanto a mi vestuario, el dÃa
anterior (si, el dÃa anterior) compré mi vestido. Siguiendo la regla del menos
es más, buscando la discreción y, sobretodo, que pudiese usar el vestido en
otras ocasiones, encontré este en el santuario bendito de Zara, y como el
tiempo (una vez más) no estaba a mi favor, una gran persona con un corazón
gigante me prestó los zapatos y el clutch (gracias Patri ).
Un dÃa inolvidable
en el que mi hermana fue muy feliz. MuchÃsimas gracias a todos por las visitas
y comentarios. ¡Qué tengáis un gran viernes y disfrutéis del fin de semana!